lunes, 31 de marzo de 2014

...Y me preguntaron que es el amor.

El amor. Eso que muchas personas lo confunden, que piensan que es sólo un juego cuando, en realidad, es lo más valioso que existe. El amor, algo que se suele confundir con los cosquilleos en el estómago o simplemente una atracción sexual. El amor es un sentimiento doloroso, pero a la vez tierno. Es ese sentimiento que nos provoca síntomas parecidos a los de una pequeña enfermedad, pero puede ser un arma valiosa en dos casos: nos puede hacer sentir las personas más felices del mundo, y también, puede hacernos sentir infinitamente miserables. Depende de la situación en la que estemos, de la persona que estemos enamorados..depende de nosotros, del interior de cada persona, de ese pequeño órgano que late en nuestro interior. Él es quien toma las decisiones por nosotros, aquí no juega ni el cerebro, ni nosotros mismos. Solo juega un corazón.

Lo malo es que en este siglo el amor es costumbre, me refiero a que es realmente amor, lo que una madre siente por su hijo, pero, ¿hoy en día existen aquellos chicos que se ponían nerviosos al rozar la mano de una chica, y no rozar su parte íntima? ¿existen aquellos chicos que te ofrecen su chaqueta cuando te ven helada? o, ¿existen aquellos chicos que saben que las damas van primero?
Pero aunque acabemos dolidos, miserables, infelices e incluso, ¿porqué no?, felices, el amor es siempre cosa de dos. Nadie más tiene que interferirse, ya que es un sentimiento en el que se implica confianza, paciencia y, en el que los dos tienen que estar realmente enamorados.


Ay, el amor.

jueves, 27 de marzo de 2014

Esto se trata de una pregunta que tuve que contestar en la asignatura de lengua, que consistía en realizar una historia con la frase: "Encontré la llave en el fondo del estanque". 

La llave de la soledad.


Encontré la llave en el fondo del estanque. Brillaba como si de una estrella fugaz se tratara. Intenté cogerlo, la profundidad no era tanta. Lo conseguí, mía es. Era una llave extraña de forma antigua, y un poco oxidada por los bordes. Lo miraba sospechosamente, preguntándome a que lugar me llevaría. 
Andaba por el bosque con mis dudas; empezó a llover, como yo empecé con mi llanto. Tenía miedo. ¿Encontraría a mi familia? ¿Dejaría de sentirme tan sola? Andaba día y noche, noche y día hasta que me alojé cerca de unos arbustos que parecían acogedores. Me moría de hambre, mis tripas se quejaban. Abrí la mochila y lo único que me quedaba era un trozo de papel. Genial, pensé. Otra noche sin comer. De tanto pensar en comida, me dormí.

A la mañana siguiente, me desperté con el piar de los pájaros y con el Sol dándome en la cara. Abrí los ojos, y entonces lo vi. Vi algo brillando. Me acerqué con ansia. ¿Que sería aquello? Me acerqué un poquito más. Era una pequeña y extraña puerta pero...cerrada. Pensé. ¿Encajaría mi llave? Lo intenté. Al girar la llave, la puerta chirrió, y se abrió. Era una cueva, o eso creo. Oscuro y frío. De algún sitio, salió una pequeña brisa que me despeinó.
Me paré. No podría creer lo que estaba viendo. No podía ser. Papá. Mamá. Caroline. Uno por uno, colgados como si de carne se tratara. Empezaron a caer las lágrimas, y de repente supe que me había quedado sola para siempre. 

sábado, 1 de marzo de 2014

Un padre.

¿Qué es? Un nombre común que ponemos a aquella persona que nos enseña a montar en bici; que nos ayuda con los deberes de matemáticas o al quedarnos dormidos en el sofá, nos lleva a la cama directamente. Eso es lo que es un padre. 

Un padre tiene su "lado femenino", por así decirlo; si hay que cambiar pañales, lo hace; si tiene que alimentar una boca, prepara la comida.
Pero, al añadirle el pronombre "mi padre", toda esa historia imaginaria cambia. Mi padre jamás me enseñó a montar en bici. Es más, creo que él ni sabe montar en bici; Nunca tuvo tiempo para mi, así que para los deberes de mates, tuve un profesor particular; y cada vez que se me caía la baba en el sofá, me daba dos toquecitos para que me despertará, y me fuera a dormir.
Mi padre fue un tipo diferente cuando se casó con mi madre, pero cuando aparecí yo, todo cambió. Mi padre se fue alejando poco a poco. Decía que viajaba por negocios, cuando en realidad, andaba de putas. Y cuando estaba en casa, directo al ordenador hasta las tantas.
Mi padre no estuvo presente en la mitad de mi vida; ¿en las funciones del colegio? Ocupado "trabajando", ¿en mis torneos de tenis? No aparecía, ¿en mis cumpleaños? Pocas veces.
El concepto de amor para mi padre, es material. Me refiero que él demostraba su amor regalándome cosas; y cuanto más caro, significaba que más me quería.
Un padre sabe decir "no" cuando es justo, y sabe decir "sí" cuando es conveniente.
Pero, ¿acaso importa cuando realmente sientes que no lo tienes?

...

"Papá, no sabes lo mucho que te necesito. A parte de vivir mi vida lejos de ti, con una perfecta madre, no me es suficiente. Necesito dar paseos contigo, hablar contigo. Necesito consejos tuyos también. Qué estés ahí siempre, y que seas siempre mi Rey. Qué dejes de lado los regalos; el mayor regalo es tenerte a mi lado para siempre. Papá, quiero que te cuides. Que vayas al médico; que dejes de comer comida basura, y adelgaces; no solo para que estés delgado, sino para tu salud. Papá, quiérete.

Unos me preguntan quién eres, otros te juzgan sin conocerte a fondo; y yo les digo que eres mi héroe".